lunes, 3 de diciembre de 2012
EE UU tiene más desarrolladores de aplicaciones que agricultores.
Al igual que la Red desencadenó el auge de las puntocom hace 15 años, las aplicaciones han inspirado una nueva clase de emprendedores. Esos innovadores han convertido los teléfonos y las tabletas en herramientas para descubrir, organizar y controlar el mundo, generando un sector multimillonario casi de la noche a la mañana. El iPhone y el iPad cuentan con unas 700.000 aplicaciones.
Sin embargo, ahora que la economía estadounidense brinda escasas oportunidades relevantes, se ha generado un debate sobre hasta qué punto será real y duradero el aumento de los puestos de trabajo en el sector de las aplicaciones.
Pese a los rumores sobre masas de modernos programadores que fundan empresas millonarias desde la mesa de la cocina, solo una pequeña minoría se gana la vida creando aplicaciones, según encuestas y expertos. Los Grimes emprendieron su aventura con grandes esperanzas, pero sus aplicaciones, principalmente para niños, no aparecían ni se vendían con suficiente rapidez. Los esfuerzos supusieron una pérdida de 200.000 dólares en ingresos y ahorros, y beneficios de menos de 5.000 dólares este año.
El auge de las aplicaciones se produce en un momento en que los economistas discuten sobre la naturaleza cambiante del trabajo, que la tecnología está remodelando. La agitación inició su última fase turbulenta con la emigración de la fabricación tecnológica a lugares como China. Ahora, los puestos de trabajo en el ámbito de los servicios, e incluso administrativos, están desapareciendo. “La tecnología siempre destruye y crea trabajos, pero en los últimos años la destrucción ha sido más rápida que la creación”, señala Erik Brynjolfsson, director del Center for Digital Business del MIT.
Aun así, la transición digital está generando una riqueza y unas oportunidades enormes. Cuatro de las empresas más valiosas de Estados Unidos —Apple, Google, Microsoft e IBM— tienen sus orígenes en la tecnología. Y fue Apple, más que cualquier otra, la que desencadenó la revolución de las aplicaciones con el iPhone y el iPad. Desde que hace cuatro años dio rienda suelta a los programadores autónomos del mundo para que crearan aplicaciones, les ha pagado más de 6.500 millones de dólares en derechos de autor.
Un estudio encargado por el grupo de defensa de la tecnología TechNet descubrió que la “economía de las aplicaciones” —incluyendo Apple, Facebook, Android de Google y otras plataformas— era responsable, directa o indirectamente, de 466.000 puestos de trabajo. Según anunciaba Apple este mes, su negocio de aplicaciones ha generado 291.250 empleos para la economía estadounidense. Esa cifra aumentó un 39% en menos de un año. Durante ese tiempo, el número de programadores que abonaban la cuota anual de 99 dólares por registrarse en Apple se incrementó en un 10%, hasta alcanzar los 275.000. Algunos de esos programadores registrados tienen otros trabajos a tiempo completo y crean aplicaciones en su tiempo libre.
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