lunes, 27 de mayo de 2013

Atentados en el deporte


-JUEGOS OLÍMPICOS DE MÚNICH

 

Los Juegos Olímpicos de Múnich 1972, oficialmente conocidos como los Juegos de la XX Olimpiada, fue un evento multideportivo internacional, celebrado en Múnich, Alemania Occidental entre el 26 de agosto y el 11 de septiembre de 1972. Participaron 7.134 atletas (6.075 hombres y 1.059 mujeres) de 121 países, compitiendo en 23 deportes y 195 especialidades.

La masacre de Munich es el nombre coloquial dado al ataque ocurrido durante los Juegos Olímpicos de Munich, cuando los componentes de la selección de Israel en los Juegos Olímpicos fueron tomados rehenes y eventualmente asesinados por los miembros del grupo de origen palestino  autodenominado “Septiembre Negro”. Poco después que la crisis comenzara, los miembros de la banda demandaron la liberación de 234 prisioneros alojados en cárceles israelíes.

En el momento de la toma de rehenes los Juegos Olímpicos de Múnich 1972 transcurrían en su segunda semana.

 
El 4 de septiembre, los atletas israelíes habían estado disfrutando de una salida nocturna por la ciudad, antes de regresar a la villa olímpica. Hacia las 4:40 del día 5, mientras los deportistas dormían, ocho miembros del grupo terrorista palestino Septiembre Negro, vestidos con chándal y llevando pistolas y granadas en bolsas de deporte, escalaban la verja de dos metros que rodeaba el complejo. Fueron ayudados por deportistas del equipo estadounidense que desconocían su verdadera identidad y que creían que, como ellos, querían acceder furtivamente a sus apartamentos tras una noche de diversión.

El entrenador del equipo de lucha, Moshé Weinberg, de 33 años, oyó un ruido tras la puerta del primer apartamento, observando que alguien abría ligeramente la puerta, se abalanzó sobre ésta dando un grito de alerta, mientras intentaba cerrarla forcejeando con los terroristas. En la confusión, nueve atletas pudieron escapar. El luchador Joseph Romano resultó muerto por un disparo.

Tras la muerte de éste, los terroristas tomaron como rehenes a nueve integrantes del equipo. El plazo para la ejecución de los deportistas pasó de tres a cinco horas tras las conversaciones llevadas a cabo por las autoridades germanas. El jefe de policía alemán y delegación olímpica egipcia, negociaron directamente con los secuestradores ofreciéndoles una ilimitada cantidad de dinero.

Finalmente los terroristas exigieron un transporte para El Cairo. Las autoridades fingieron llegar a un acuerdo y, a las 22:10, dos helicópteros transportaron a los asaltantes y a sus rehenes a una base aérea.  Las autoridades habían planeado un asalto sobre ellos en el aeródromo.

Cinco francotiradores alemanes fueron seleccionados para disparar a los secuestradores. Ninguno tenía una preparación especial en este tipo de acciones.

A las 23:03, dos terroristas bajaron de los aparatos, caminaron hacia el avión y se volvieron. Viendo que el avión estaba vacío y sabiéndose engañados, los terroristas regresaron precipitadamente hacia los helicópteros. En ese momento el aeropuerto fue iluminado con bengalas y focos y las autoridades alemanas dieron la orden de abrir fuego.

 En el caos que sobrevino, dos secuestradores que estaban cerca de uno de los pilotos fueron eliminados. Otros tres terroristas se parapetaron detrás de los helicópteros, fuera del alcance de las luces, y comenzaron a disparar. Los pilotos del helicóptero lograron escapar, no así los rehenes, quienes permanecían atados brazos en alto al techo en el interior del aparato.

A media noche, se exigió a los secuestradores que se rindieran. Cuatro minutos más tarde, uno de los terroristas saltó del primer helicóptero lanzando una granada en su interior, que explotó con cuatro atletas israelíes y un piloto en su interior. Los rehenes del segundo helicóptero murieron durante el tiroteo. Los tres terroristas restantes fueron capturados.

 
Sorprendentemente, la competición olímpica solo se suspendió por un día, el 5 de septiembre, a pesar de que diferentes personalidades pidieron su cancelación. El presidente del Comité Olímpico Internacional y otros miembros del COI decidieron que los terroristas no podían condicionar la celebración de los juegos. Al memorial por los muertos que se celebró en el estadio olímpico asistieron 80.000 espectadores y 3.000 atletas. Como muestra de duelo, durante el acto, la bandera olímpica se izó a media asta junto con la mayoría de las banderas nacionales de los países presentes en los juegos, a excepción de los países árabes, los cuales exigieron que sus enseñas ondeasen en lo alto del mástil.

El 5 de septiembre el equipo olímpico israelí anunció que abandonaba Múnich, siendo especialmente protegidos por las fuerzas de seguridad. El equipo egipcio dejó los juegos el 7 de septiembre, temiendo posibles represalias.

El 9 de septiembre, la fuerza aérea israelí bombardeó como respuesta las bases de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) en Siria y Líbano. L os hechos acaecidos en Múnich traerían consigo una espiral de violencia por parte de Israel, con el fin de dar caza a los supuestos responsables del acto terrorista.

 




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